En el mundo empresarial, en constante evolución, los líderes soportan la carga de guiar a sus equipos a través de desafíos y contratiempos. Es una tarea desalentadora, especialmente cuando se intenta equilibrar las responsabilidades profesionales con el bienestar personal. Como life Coach para líderes, mi misión es ayudarte a encontrar ese equilibrio, asegurando que líderes no solo con eficiencia sino también con empatía y comprensión. Aquí tienes algunos consejos prácticos sobre cómo manejar el estrés y comunicarte efectivamente con tu equipo, asegurando que los contratiempos no descarrilen la moral o la productividad colectiva.
Adopta una mentalidad de gratitud y logro
En primer lugar, es crucial recordar por qué haces lo que haces. Reflexiona sobre tu viaje: los hitos que has alcanzado, los obstáculos que has superado. Esto no se trata de una persecución implacable por más, o de sentir que nunca es suficiente. Se trata de reconocer y celebrar tu arduo trabajo, disciplina y la actitud que te trajo hasta aquí. Mantén un sentimiento constante de satisfacción, paz y gratitud en tu corazón. Cuando operas desde un lugar de gratitud en lugar de desesperación o necesidad, abordas cada situación, incluidos los contratiempos, con una mentalidad positiva, viéndolos como parte de la historia de tu éxito.
Comunicación sin castigos
Tu equipo te mira no solo para recibir dirección sino también para obtener seguridad durante tiempos turbulentos. Es esencial ser honesto sobre los desafíos sin transferir el peso de tu estrés a ellos. Comienza gestionando tus emociones: encuentra salidas saludables para el estrés y esfuérzate por mantener una paz interior. Esto podría ser a través de meditación, ejercicio o hobbies que te desconecten de las presiones del trabajo. Cuando estás en un estado de calma, puedes abordar los contratiempos con tu equipo de manera constructiva, centrándote en soluciones en lugar de detenerte en los problemas. Comunica claramente y con confianza, y tu equipo seguirá el ejemplo.
Aquí, la noción de una «Cultura Sin Culpar» es fundamental. Ante los contratiempos, es natural buscar a alguien a quien culpar. Sin embargo, fomentar una cultura donde el equipo comprenda que señalar con el dedo solo añade estrés y disminuye la confianza es crucial. Enfatiza la ley no escrita del apoyo mutuo, asegurando a tu equipo que todos cometen errores y lo que importa es el compromiso colectivo para cubrirse unos a otros y abordar los problemas como un frente unido. Esto no significa ignorar errores repetitivos sin responsabilidad, sino asegurar que el enfoque inicial siempre sea desde un punto de vista de «estamos en esto juntos, navegando en la misma dirección, listos para apoyarnos mutuamente en las buenas y en las malas.”
Perspectiva en la gestión del estrés
En momentos de estrés, pregúntate a ti mismo y a tu equipo algunas preguntas críticas para ganar perspectiva: «¿Es este contratiempo un momento definitorio o un obstáculo menor en nuestro proceso?» «¿Cómo hemos superado desafíos similares en el pasado?» A veces, está bien permitirse un momento para sentirse decepcionado o frustrado, es humano. Pero es crucial saber cuándo pasar del lamento a la acción. Fomenta un ambiente donde los sentimientos sean reconocidos pero también canalizados hacia resultados productivos.
Encontrar cierre y avanzar
Cuando algo sale mal, encontrar cierre es clave para no albergar sentimientos negativos hacia tu personal o la situación. Esto implica discutir abiertamente lo sucedido, aprender de ello y luego dejarlo ir. Anima a tu equipo a compartir sus percepciones y soluciones, y celebra el proceso de aprendizaje. Esto no solo ayuda en el crecimiento personal sino que también fortalece el vínculo del equipo.
La fina línea entre la inmediatez y el estrés
Es importante diferenciar entre la sensación de inmediatez y la presión abrumadora del estrés. La inmediatez impulsa la motivación y la acción, es la emoción de perseguir una meta, similar a la alegría que siente un niño cuando persigue lo que tanto desea. El estrés, por otro lado, proviene de un lugar de no querer estar presente, sentirse indigno o abrumado. Si te encuentras en esta última categoría, es hora de reevaluar y encontrar maneras de reavivar tu pasión y propósito, transformando el estrés en una fuerza impulsora positiva.
Recuerda, tu equipo son tus socios, no solo subordinados. Tu enfoque hacia el liderazgo, especialmente en cómo manejas el estrés y los contratiempos, establece el tono para el entorno de trabajo y la productividad de todo el equipo. Al fomentar una cultura de apertura, resiliencia y apoyo mutuo, no solo lograrás tus objetivos empresariales sino que también asegurarás un viaje satisfactorio para ti y tu equipo. Mantén las líneas de comunicación abiertas, abraza cada desafío como una oportunidad para crecer y lidera con gratitud y empatía. De esta manera, cultivas no solo un negocio exitoso sino también una cultura laboral próspera.
Lorena Bernal
Artículo publicado en Management Today (UK)